Relatos de servilleta.

Restaurant pseudo arribista
Relatos de servilleta
¿Sobrevivo?
Leálo a continuación.


Mientras le daba horrendos toques de tijera a mi mini colección de Zonas de Contacto, suena la estruendosa bocina del Toyota de mi madre. Nótese que mi afán no es la publicidad. Como decía, mi cama estaba llena de "Grandes Éxitos" y "Malditos Jóvenes" y mi pelo...mmm bastante Robert Smith se podría decir. Nuestro destino era algún sitio de comestibles y bebestibles que nos acogiera con precios módicos a nuestra orgullosa clase media media media, nunca tan alta, nunca tan baja. En mi cabeza sonaba The Strokes con "The End Has No End" cuando terminó de estacionarse mi madre. Me bajé con una brisa bastante inusual y entré para encontrarme con el mismo restaurante que una vez fue Lomitón y donde mi hermana celebró su noveno cumpleaños (ahora tiene 19).
Como los precios no estaban muy módicos, pedimos algo económico pero bastante cumplidor; una especie de "tablita" que llevaba diversos tipos de carnes, queso y papas. Todo esto con el partido de Chile de fondo. Qué lindo. Qué pintoresco.

La guinda de la torta fue una leche asada de yapa. Dulces. Y yo sí que andaba pesada y mirando horriblemente a las tipas de rosado de la mesa de al lado. Raudamente nos instalamos de nuevo en el auto para ir al casino. Bueno, yo seguí varada en el medio de un estacionamiento escuchando Morrissey mientras mi hermana y mi madre disfrutaban del tragamonedas. Me llevé un par de servilletas de repuesto. No me sirvieron de mucho. Já.

Y bueno, con la excusa de mandar un mail trasatlántico me quedo aquí. Haciendo lo de siempre.


(DESAGRADABLE Y AMARGADO)



Stf.


¿Adónde vamos? A ningún lado.