Sunday, July 23, 2006

Disculpá lo poco.

- Si me dejaran acá no sabría para dónde ir. Tengo un billete arrugado de diez pesos argentinos en el bolsillo izquierdo, y ni sé por qué doy tanta explicación, debe ser alguna suerte de pago a mi conciencia. Vengo del auto de papá, escuchaba a un tipo llamado Rick Springfield mientras yo me preguntaba cómo hacer para despejar un paso fronterizo y no morir en el intento. Tengo para sobrevivir sin enloquecer un par de revistas de encargo, y algo de comida típica. Nada de minutos de celular, solo algunas horas aleatorias en los ciber que acá ya no son "el" negocio.

- Y bueh. ¿Algo que haya pasado? Me siento como en La Isla, pero sin una gota de V.I.P. Una teñida habla por videoconferencia con una tal Roxana, y yo acá no quiero más guerra. Y me estoy alarmando porque no he trepado en lo absoluto, tengo historias en la mente pero no en el papel y eso comienza a jugarme en contra. Más de un mes sin escribir ya vienen pasando la cuenta. Se nota.

- Las cosas no están mal, pero están estancadas con tanto Telefé y chicles Cowboy. Tanto cumpleaños de quince inservibles. Tantos desmayos, tantos síntomas de enfermedad que aún no derivan en cosas buenas. Trece horas en un bus que me trajo muchas ideas, pero nada de concretar. No, porque las cosas acá funcionan a medias, porque la estef no se pone las pilas, porque está chata de escribir? No, eso nunca. Me ofusca la espera, no logro convencerme del dicho de que no hay mal que por bien no venga y no logro hacer un pasito de cumbia en una fiesta porque no me gusta la cumbia y porque no quiero bailar. Más encima la única conexión con el otro lado de la Cordillera es el canal 37, "TV Chile". Mierda de canal que nos hace ver a todos más pelotudamente de lo que ya somos con nosotros mismos. Si los tipitos de la dirección del canal estatal querían sacar lo peor de todos nosotros y encerrarlos con un slogan barato como "un canal para el mundo", felicitaciones, que lo han logrado.

- Tanta crítica, debería hablar de alguna cosa buena. A ver, déjenme un segundo para poner todo en perspectiva. Pues bien, he compartido recuerdos y buena comida junto a algún trivial tema de conversación, he jugado a las cartas para hacer de cuenta que el tiempo no está corriendo, que el reloj a mí no me está tocando por estar con todos los Ases en la mano, he comprado revistas buenas y me he quedado hasta las tantas de la noche para ver los especiales de Cerati en Much Music o algún programón freak en el VH1 que está en Chile pero que a mí no me llega, en fin, me estoy tomando las cosas lo más livianamente posible para que no me afecten. Si las cosas no son terribles, pero no son. Eso es lo que pasa. Habrá que esperar el nuevo reporte del tiempo para ver si las cosas cambian, pero tampoco puedo estar dependiendo de una frontera ridícula para ponerme a escribir. No, las cosas no son así.