Friday, November 25, 2005

Recortes escolares: Lo que Nadie quiere leer.

Deberían encarcelarme por lo poco constante. Y es que la pelotudez fue más allá esta vez. Diez días completamente vacíos en creación, se han transformado en una pesadilla "pre salida de clases". Me he dedicado, básicamente, a ser espectadora. En estos diez días, si bien no logré la paz mundial ni que Björk viniera otra vez a Chile, me puse a reflexionar sobre cosas en las que no habia pensado.

Por primera vez, le di prioridad a lo sentimental. Y eso que yo me creía niña invencible frente a esos temas. Ni siquiera sé si fue apropiado pensar en eso siendo que debería estar estudiando. Supongo que de una vez por todas, las cosas tienen que pasar. Pero una no puede estar mirando por la ventana, esperando. Recientemente me están acosando las voces grabadas; Piñera, Lavín, la cuenta no pagada de Telefónica, fueron el tópico semanal.

Tengo amigos que hoy salieron de Cuarto Medio. Creo que lo más egoísta que pude haber hecho es haber estado triste, siendo que es el mayor alivio que se le puede dar a alguien en el mundo. Decirle que el colegio se acabó, es equivalente a decirle a lan adolescente asustada
que en realidad no estaba embarazada y era solo un atraso. Ultimamente el colegio se ha encargado de hacerme notar que me voy a morir de hambre con lo que quiero estudiar. Y a mi no me interesa mucho eso. Cuando iba en Séptimo quería ser millonaria con una carrera de cantante. Nah. Ahora que lo pienso, es una idea bastante estúpida, porque después la gente me acosaría para robarme plata. Cosas tontas que piensa una cuando las notas no contaban para entrar a la U.

Ayer me tocó hacer una disertación en Música. En realidad, la decisión de disertar o no era mía. Yo podía cantar en el coro para la licenciatura y me ponían un 70 automático; cosa que también haré; pero quería hacer diapositivas que incluyeran a Jarvis Cocker y por una vez en la vida, decirle algo que de verdad me importaba a mis compañeros. Pero el profe se aburrió de mis 21 diapositivas llenas de puro placer britpopero. Lo vi bostezar varias veces mientras sonaba Suede de fondo. Y es que yo creo que algo de respeto debe de haber, si estoy haciendo una disertación que por cosas de tiempo no debí haber hecho, era lo menos. Otra falta agregada a mi lista.

He cumplido dos minutos de retraso en mi promesa estudiantil de matarme estudiando. Es hora de volver a las trincheras hechas cuaderno y a aprenderme 120 años en 120 minutos. Con permiso.

Tuesday, November 15, 2005

Nostalgia Culinaria.

No fui al SUE pero me comí un pan con palta escuchando a The Strokes. En mi casa preparan un costillar con puré y el olor a comida me encanta. No sé porqué, pero eso es lo único que extraño cuando me voy a otro lado. Que la carne viaje hasta mi pieza o hasta el living (que es donde paso la mayor cantidad del tiempo porque acá está el computador) me produce un sentimiento hogareño. O cuando me piden que revuelva la masa del queque y me como los restos de margarina con azúcar. ¿Y por qué les estoy contando esto? Supongo que por nostalgia, qué sé yo. Esos pedacitos de comida se convierten en recuerdos. Cada sabor te transporta a un lugar diferente. Con los mariscos, por ejemplo, recuerdo cuando vamos a Guanaqueros con mi hermana y mi mamá, nos sentábamos casi siempre en el segundo piso del restaurant para ver la playa, porque yo a la playa no la soporto. Odio la arena, no sé nadar en el mar, la sal me corroe y está todo lleno de gente. Soy bien caprichosa, me gustan cosas muy rebuscadas y hay veces que mi familia se sorprende con cosas que hago. Soy un tanto siútica, me como la pizza y las empanadas con tenedor y cuchillo, los completos sin tomate y los caldos sin sémola ni calugas.
También hay comidas que me recuerdan a artistas. No me pregunten por qué, pero cuando me tomo un helado de cualquier tipo, me acuerdo de Björk. Cuando tomo Coca-Cola, me acuerdo de los White Stripes y cuando mis amigos fuman recuerdo a los Strokes. Aunque las asociaciones deben estar por ahí.

Que conste que no les estoy hablando de comida porque tenga hambre. Una vez hice una columna para el diario mural de mi curso que incluía una analogía culinaria al colegio. Decía cosas como que los recreos son pequeños snacks, las clases de Tecnología son como el pan duro que nadie quiere pero siempre está y mis compañeros rieron.

Yo no sé si es porque cuando más chica me consintieron mucho, pero hay millones de cosas que no me gustan pero que debería comer. Odio las verduras, odio las legumbres, odio el chocolate, odio la mayonesa y los palmitos. Odio el zapallo y el yoghurt de plátano, al helado de frutilla no lo puedo ver y si me hablan de leche con vainilla corro a vomitar.

De repente veo que hay que andar preparado. Porque la gente - al igual que la comida - puede ser un tanto vomitiva. La gente que no soporto me provoca indigestión y me gustaría tirarles un pastelazo en la cara a quienes me hacen callar. La comida es bien multifacética. Np sé. Me he estado obsesionando un poco con el tema. En especial cuando me junto con mis amigos. Nunca faltan o las palomitas de maíz, las manzanas confitadas o los siempre amigos frugelé. ¡Cuántas veces he querido estar comiendo que haciendo cualquier otra cosa!

Creo que soy un tanto ansiosa. Muchas veces como porque sí y eso está tan mal. Es un asunto de autocontrol. Pero el autocontrol es para los anoréxicos y yo no quiero ser eso. Y es que yo prefiero comerme un dulce de La Ligua mientras viajo a Santiago que perderme la mitad de mi vida por ingerir comida imaginaria. No señor.

Friday, November 11, 2005

Auto Voluntad.

Esto de autorestringirse las cosas no sirve. NO sirve. O al menos para mí y mi asquerosa fuerza de voluntad. Voy a cambiarme el template pero no lo esperen antes del verano. Y es que la última semana no ha sido de muerte, pero de un preludio a lo que viene. Pruebas, pruebas, pruebas, y es que así no más tiene que ser. Ahora que paso a Tercero Medio (vaya qué raro que se ve eso) están con todo esto de la electividad y yo ya tengo mis ramos definidos: Realidad Nacional y Lenguaje y Sociedad. Espero que sean como espero porque más no puedo averiguar, es como: lo que suene más lindo, lo tomo. En el colegio dan nada de información los muy. Ahora les reporto que estoy viva y que tengo sueño, y que ojalá pudiera comerme la parte con crema de las galletas Tritón y un poco de leche achocolatada. No me vendrían nada de mal. Si no fuera porque tengo que hacer un trabajo sobre las mutaciones, mi cerebro está mutando en este momento! En realidad, está hibernando. Esperando el 9 de diciembre, cuando el calvario desaparezca, pero no acabe. El 9 de diciembre para mí no es vacaciones, es "completa todas las guías que no hiciste porque después puedes morir" y es precisamente lo que no quiero. Porque tengo que subirme a un TranSantiago primero y debo entrevistar a esa tipa. Porque los con.versando los tengo que subir algún día y porque falta poco para cumplir un año de blog. Confírmandome que no soy tan poco cumplidora conmigo misma, sino que es un problema de flojera. "Paja", como dice un amigo. Yo siento ganas de dormir pero al hacerlo pienso que estoy perdiendo el tiempo. Alguien, consígame una pastilla y un buen playlist para armarme contra las finales. No las globales, porque exámenes acá no se dan, por suerte. Y es que me sentí culpable de no postear, porque mientras no se acaben las clases no podré hacerlo con plenitud de conciencia. Por lo pronto, les mando un saludo, yo sigo esperando para hacer ese trabajo y ya sacaron mi columna de la Zona. Mi bebé prematuro.

Monday, November 07, 2005

Inútiles Preparaciones

Hora de postear. Como es de esperar, estas semanas han transcurrido rápido gracias a los nunca queridos trabajos a última hora y las pruebas que no alcanzamos a dar. Figúrense que el día de hoy ya tuve 3. ¡A eso le llamo apuro! Y es que para mi colegio el hecho de salir en la primera semana de Diciembre es algo estresante. Debe ser porque siempre han estado acostumbrados a salir un viernes antes de Navidad, como para tener los resultados nefastos aún frescos para el día donde el Hombre Gordo me traiga presentes que muchas veces no me merezco. Pero es pronto todavía para hablar de Navidades.
Lo que me ha ofuscado en el último tiempo es el hecho de que tengo que dar Simce y al colegio no se le ocurrió nada mejor que agregarnos una hora y media más de reclusión para "prepararnos". Eso es hacer trampa. Y se lo he dicho al profesor de matemáticas (porque el de Lenguaje no nos prepara) y él responde de la siguiente forma:

Profe: Si tú te das cuenta, casi no hay colegios que no se preparen para el Simce.
Stf: Puede ser, pero tambien me doy cuenta que para el Simce no se estudia, es como una prueba de diagnóstico, lo que sé, es porque se me grabó. No porque nos agreguen más horas para repasarlo más rápido y perder más tiempo.
Profe: Usted con toda esa fuerza que tiene para criticar podría ocuparla en obtener mejores resultados en las pruebas, ¿No cree? Han sido bien bajas sus notas.


Silencio...

Bueh...supongo que hay veces en que es mejor no discutir. No vale la pena desgastarse por hacer entender a unos oídos llenos de concreto.

Y disculpen lo poco. Es sólo para que después haya mucho.


Stf.-

Tuesday, November 01, 2005

Recortes x 2

Demonios de Vitrina

Tengo el pelo lleno de crema Sedal. Todo por culpa de una fiesta de Haloween y las tonteras de atuendo y eso. Reconozco que es divertido disfrazarse, porque no sé ni encresparme las pestañas y voy a andar de Robert Smith versión femenina gothic lolita & stuff like that todos los días. Pero debe ser entretenido que te anden mirando como si tuvieras complejo de vitrina, porque así estaba la gente ayer. Dándose vuelta para ver y decir: - Oh, qué es eso, qué raro, qué satánico; déjenla, es haloween - Es como ser famoso. Porque todos emiten juicios sin conocer a alguien. Es divertido desde ese punto de vista y fome porque hay que hacerle entender al común de la gente que no está mal ser así. O vestirse asá.

Ayer fui a una fiesta y llegué a casa con olor a cigarro. Y yo no fumo ni alfombras. Esa es la única cosa que odio de ir fiestas masivas, todo se te impregna. Pero hay cosas buenas que se te pegan, como las ganas de bailar y esas cosas. Eso es bueno, pero nunca puedes sacar todo lo bueno.

A la fiesta llegó gente de mi curso y ex-compañeros. Como yo nunca me maquillo, no me reconocieron hasta que al inteligente de uno de mis acompañantes se le ocurrió la brillante idea de decir: "Sí, es la Estefanía, está súper cambiada así" Me ofusca que vayan también ellos. ¡Ni siquiera les gusta esa música! Es más, me la critican cada vez que pueden, diciendo que es cosa de maracos. Y siguen hablando desde su mundo intolerante. Si a todo le tienen que hallar la discriminación. Me pregunto si eso los agota, porque si yo fuera ellos, si me agotaría buscar todos los días insultos nuevos y contagiosos. Que el 90% de mis amigos hombres sean gay es decisión mía y de nadie más. Es mentira lo de: Te convirtieron. Eso es antiguo, eso me lo dice mi papá. Ya no corre el 2005. No debería, al menos.

A mí las fiestas me sirven para liberar tensiones. Bailar mis canciones favoritas y ver cómo los demás también las disfrutan es genial para días de alta presión. Aun cuando al otro día quieras dormir por siempre, por un momento tu vida no tienes preocupación mayor que la de preguntarte cuál será la próxima canción y cómo la bailaré. Dios mío, sueno como si me hubiera drogado con algo. Mi droga es la buena música, los buenos temas de conversación, el pan con queso, la leche con chocolate, el blog, las letras, los libros, la televisión de calidad, los paseos por la ciudad, ver los nuevos programas. Cosas como esas me hacen sentir lejos de todo este Halloween que llevamos dentro.


Ciclo de la Muerte

Hoy es día de ir al cementerio y yo fui a un Shopdog. Los cementerios me producen claustrofobia, me imagino estando yo en uno de esos ataúdes sin la posibilidad de salir y me desespero. Siempre he pensado que cuando muera y me vayan a enterrar no estaré del todo muerta, sino que seguiré respirando y los demás no lo notarán y para cuando despierte, estaré dentro de un ataúd bajo tierra, desesperándome por salir y no lograrlo. Por eso quiero que me cremen. Que me incineren. Que donen mis órganos, en otras palabras: cuando muera, recíclenme, no me tiren a la basura.

Casi siempre me pregunto cómo será morir. Algunos me dicen que es como dormir, pero yo no creo en eso. No lo considero viable. Cuando duermo, estoy inconsciente, pero luego despierto y reflexiono: Ah, no morí, estaba durmiendo. En cambio, cuando mueres, no despiertas. ¿Qué ocurre con nosotros? Nos reencarnamos en cucarachas sin recordar nuestra vida anterior? ¿O sí la recordamos y viendo nuestro minúsculo y quebrantable cuerpo invertebrado y nos lamentamos cada día de tener esta nueva vida? Me desespera el hecho de que esto se tenga que acabar en algún momento. No entiendo a la gente que se suicida. ¿Es que acaso tienen la certeza de que la próxima etapa es mejor? Lo peor de morir es que no puedes vivir para contarlo. Para estar preparado. Pero supongo que saberlo nos volvería a todos locos, porque estamos condenados a eso de alguna forma u otra. Y mientras estamos viviendo, más vale hacer cosas de calidad, para que la gente que aun puede vivir te recuerde y, con suerte, tome la iniciativa gracias a algo que tú hiciste. Esa es la meta de muchos. Y si lo cumples, supongo que no es tan malo morir, pero ¿Quién me lo asegura?