Darse Cuenta.

Antes como que yo me sabía cada uno de los chismes del espectáculo y pasaba viendo tele y acumulando conocimientos sobre directores de videos musicales. Ahora no. No es que me sienta mal por no cachar nada de la farándula actual, de hecho, me hace sentir mejor, pero siento que ando un poco perdida. Leo los diarios y esas cosas, pero siento que no tengo la información completa. Siento que me estoy perdiendo algo importante y que no me han pasado el dato. Es parecido a cuando todo el mundo sabe algo y una es la última en enterarse. O parecido a repasar los tiempos pasados y resumir que se pudo haber hecho mucho más. O que te de mucha rabia tener que esperar más semanas para ir a Santiago porque a esas rusas feas se les ocurrió posponer el show.

Tengo hartas pruebas, pero no creo que sea para desfallecer. En realidad, estoy mirando todo como diciendo "hey, tranqui, hay gente que tiene miles y miles de trabajos por hacer y los hacen de lo más bien, y yo estoy acá reclamando porque no puedo terminar mis informes". Es cosa de organizar el tiempo, pero es complicado cuando tienes ruido de televisor y un zumbido en los oídos.

Ayer por primera vez toqué un iPod Nano. Y qué Carmela que se siente estar diciendo esto pero fue genial. Me recordó a mis primeros trotes y me hizo sonreír.
Lo bueno es que ahora tengo cosas escritas y puedo comprometerme a publicarlas porque ya están. Espero que se encuentren bien. Cambio y fuera.

Cómo es Posible.

Si Tercero Medio no es Título Universitario ni Tesis de Grado. Tengo que equilibrar. Les cuento.
Las cosas van por buen camino, ojalá que resulte lo que se planea con la comunidad FOME y los otros proyectos. También, está casi todo arreglado para que vuelva a trepar unos pocos días para cuando comience el próximo mes, y veremos qué resultados se obtienen de un concierto en el que presumiblemente sería la única heterosexual (t.A.T.u.). Tenemos harto que ofrecer y no hay que desperdiciar el tiempo que sí puede haber, porque ahora no me puedo quejar. El Tercero Medio es cosa entretenida, si no fuera por Física, mis notas ascenderían más rápido que la no-carrera de Paris Hilton. Pero nadie quiere más rubias tontas a estas alturas. Supuestamente.

Everyone knows it

Hay cosas que la gente simplemente asume como cuando alguien cree que todo el mundo sabe algo por ser considerado (al menos) "verdad nacional". Por ejemplo, la frase "más perdido que el Teniente Bello", que tan de moda ha estado por los reportajes de noticiario de relleno y de diario pop. La primera vez que supe de su existencia fue en Segundo Básico, leyendo el libro de Castellano, que decía algo como: Seguramente has escuchado la expresión "más perdido que el Teniente Bello". Pues no. Yo no la había escuchado jamás en esos seis años de vida y no tenía idea de lo que hablaba el texto, hasta que lo asumí por costumbre. ¿Han notado esas cosas que todo el mundo da por sabidas? En el último tiempo me he dado cuenta de eso. La gente cree que todos saben sus problemas. Es como llegar a un colegio nuevo y que todos los compañeros se pongan a hablar de lo divertida que estuvo la semana de aniversario del año pasado, asumiendo que el nuevo debería estar al tanto de las hazañas escolares, sin molestarse a explicar algo.

Un caso similar ocurre con los profesores y la manera en que pasan la materia. En ese sentido, ser alumno regular de un mismo colegio es tener la ventaja absoluta, debido a que durante todo el año el profesor lanza dardos a los nuevos como "esto seguramente lo vieron el año pasado" o "¿Se acuerdan que esto lo vimos la vez en que Fulanito De Tal se enfermó, etc etc etc?". Y lo peor es que nadie pregunta, asumiendo que (haciendo valer esta redundancia estúpida) asumir esos hechos como sabidos significará una pronta integración. Craso error, mi querido amigo. Lo único que se consigue es quedar colgado y con complejo de panelista de Sqp, con ese instinto de querer saberlo todo, pero a medias no más. Porque al final, y para desgracia de la mayoría, a los tipitos estos sólo les importan las palabras de entrada, los títulos. Mi curso pertenece a la "generación del resumen". Si buscan algo, no van a la vieja y empolvada enciclopedia octogenaria de la biblioteca de la casa, sino que van a Google. Y al encontrar una página ahí, no se molestan en buscar el contenido deseado leyendo la web entera, sino que buscan en caché. Y no es pereza, es un asunto de que, como todos creemos que esto es "lo que hay que hacer", lo realizan para, quién sabe, no quedarse atrás. O simplemente por seguir una costumbre idiota.

Escribo esto en un arranque entre una disertación del Psicoanálisis de Freud, así que usted excusará mis cuestionamientos rebuscados.

Y ya llegó.

Ese Marzo. Esa entrada a clases. Ya me puse el uniforme gris-rojo y ya estoy haciéndome a la idea de que queda poquísimo. Quedan poquísimos días para que vengan los chicos Gallagher y cía. y yo aún no tengo mi entrada. Es que no van a venir nunca más y estoy segura de eso. Olvídense que U2 vuelve...tendría que vender demasiado acá o Bono haberse enamorado del país. Bien improbable, y no es de pesada. Es cuestión de realidad. Yo ya me perdí a U2 en Chile pero quién sabe si viajo a verlos. Me perdí a Franz Ferdinand pero le bailé a la tele y en algo lo compensó. Me perdí a The Strokes porque tenía disertación de Biología. Me perdí a los White Stripes porque se me acabó la plata con Placebo. Me perdí a Björk porque era muy chica. Me perdí a Depeche Mode porque no los conocía y a The Mars Volta por lo mismo.

Pero no es tiempo de andarse lamentando. Es tiempo de juntar plata y hacer proyectos. Tengo algo que seguramente resultará con la ayuda de mis amigas Totis y Oruga (ya conocen sus blogs) y se estarán enterando en poco tiempo. Si las bloggeras se las traen aunque crean que yo me había muerto por cosas de fotolog y de falta de autoestima. Y está el colegio también. Un tercero medio que no me corresponde pero que tengo que asumir para poder salir de 17 años, a trepar permanentemente por la capital. Hay que actualizar más seguido. Escribir más. Hace un par de días me toco Lenguaje y Sociedad por primera vez y escribimos un ensayo. El mío fue una basura, mientras que los de mis compañeros eran merecedores del aplauso de cualquiera de mis ídolos. No sé porqué, pero la envidia a veces me corroe un poco. Y no es una cosa que me pase por ganas. Solo sucede. Esas ganas de ser mejor me persiguen y me atrapan, pero de ahí nada sale. Y habrá que dar la batalla para que sea lo contrario.