Monday, December 12, 2011

De unos cuantos clichés y más.

Bueno, mi profe de Taller siempre dice que traduzcamos el título al final. Que si lo hacemos bien, quiere decir que hemos entendido el significado del texto completo y esas cosas. Creo que aplicaré esa práctica ahora, porque solo se me ocurren clichés fomes para ponerle un nombre a esto, que en verdad no debería preocuparme porque, hola, estoy escribiendo en blogger luego de cuatro años, en una época donde sigue de moda leer lo que los demás piensan, pero ahora se alaba la capacidad de síntesis, en una palabra: twitter. Y puede que yo sea de las peores twitteras en la vida, ya que, dada mi incapacidad para sintetizar mis pensamientos, tengo que escribir muchos twitts para poder darle forma a lo que me pasa en el día.

¿Para qué volver? Porque a veces te das cuenta que hay cosas que nunca debiste haber dejado de lado, probablemente. La cantidad de veces que autorevisé este blog y recordé cada cosa que logré vivir y la gente que he podido conocer gracias a él, se siente un poco abrumador y con un olor a naftalina que ni en La Papaya se aguanta. Tengo 20 años, oxidadísima en esta ciudad húmeda y que cada vez se hace más pequeña, y hace meses que tenía la idea de volver, aunque sea volver para mí misma, sin que nadie más lea esto, pero como sea. El deseo de exhibición en las personas es algo que siempre me ha fascinado, ¿Se han fijado que en eso se basa la mayoría de las redes en la Internet? Poner información de uno, escribir lo que te gusta. Eso es lo que la mayoría consume. Hay miles de millones de sitios, sin embargo preferimos saber qué hace y piensa alguien que pertenece - o no - a tu círculo de amigos. Por ahí leí que las redes sociales nos acercan a quienes tenemos lejos, y nos alejan de quienes tenemos cerca. Que porquería de cliché, pero tiene una cuota de verdad, si se dan cuenta, cada vez es más difícil entablar una conversación desde cero con alguien que nos interesa, parece que es más seguro recurrir a Facebook, leer lo que le gusta hacer para poder tener temas en común. Lo digo con conocimiento de causa, muchas veces pequé de atiborrarme de información de aquél en quien tenía interés, investigar tooooodos los álbumes de los artistas que le gustaban y aprender la biografía de sus ídolos como para sentir que tenía más posibilidades. ERROR. Hacer eso es como construir una casa de cartas en un tornado (eso lo saqué de una canción, cliché nº2). Se supone que cuando te gusta alguien, no deberías intentar ser alguien que no eres, pero ¿A quién le importa eso? Yo justifico esa práctica con lo siguiente: si sabes lo que le gusta y resultan ser cosas que jamás habías escuchado o visto, puede que al descubrirlas te gusten y todo gracias al psicopateo. Yo aplaudo al psicopateo, pero hace super mal, se los digo. De hecho, escribir es una terapia para no dedicar tanto tiempo a ello. Ya habrá tiempo de contarles en qué estoy y mi reflexión sobre la vida y sus circunstancias, pero desde ya les - me - doy la nueva bienvenida al confeti internacional que es este blog que parece no tener fin. 



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