Recortes: Una Vida Que Nunca Existió.

Huellas en el asfalto fresco. Anochece y sigues caminando, jugando póker con el destino. Hace frío y tu escala de Mercalli interna alcanza sus niveles más altos. Optas por despertar y sientes que estás pegado a la almohada. Nunca nadie te había obligado a dormir y ahora te sientes extraño. No puedes conciliar el sueño pero tampoco puedes salir de la cama. Ya estás harto de ver a tus compañeros de trabajo, que no hacen nada y se quejan de todo. Beben un café con sabor a sábanas sucias y es sólo en ese instante cuando piensan en que la cagaron delegándote todo el trabajo pesado. Odias tu condición de junior mal pagado pero no puedes huir de la realidad. Luego de hablar del bingo del feriado pasado, se obsesionan con el hecho de que hay una mosca semiviva en el ducto de ventilación. Tú no soportas ese zumbido, tu cerebro lo asimila como el mismo ruido que hacen tus compañeros al hablar. Pero no puedes escapar, te asaltan las razones.

Primero que todo, porque si te quedaras en casa te volverías loco, escuchando los diálogos cocainómanos de tu novia y los gritos de mamá, todo aquello contrastando con el apestoso olor a lasagna de microondas. Segunda razón: estás solo y te das cuenta de que mentir es bueno. Es lindo construirte la realidad que nunca ocurrió y es lindo imaginarte a Marcela drogándose al teléfono, mientras te lee la Biblia en tono de Mick Jagger en el clímax de su carrera.

Tu querías ser como Mick, querías ser como Pedro el vecino, querías ser como todo el mundo. Pero no pudiste, te quedaste en un pseudo inexistente departamento en donde lo único que convive contigo es la esperanza de convertirte en un mito urbano. Que algún escritor con un departamento de aspecto bohemio te recoja en alguna de sus obras. Pero no alcanzaste ni para eso. Fuiste un proyecto no acabado.Tus padres nunca te lo dijeron, pero siempre se arrepintieron de tenerte. Desde que naciste. Mamá vive contigo solo porque la pensión alimenticia que le dejó papá al morir es jocosa. Pero con la risa no se compran remedios. Con los remedios compras risa. Piensas en eso cuando llegas a casa. Huyendo de todo y descubriendo que huyes de la nada. Sigues atado a una cama, y al despertador que a cada segundo te reitera tu inminente putrefacción.

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Esto es algo que escribí en Agosto. Nunca lo publiqué. Recortes es una sección donde pondré cosas que no tienen clasificación. Espero que les guste.